El fin de semana terminó siendo igual, pero diferente. Amo cuando pasan ciertas cosas que escapan a mi control, aunque de alguna manera siempre quiero tener todo controlado... En realidad amo no es la palabra, en realidad amo y odio a la vez.. me sorprende, me da bronca y me gusta. Todo junto. Debe tener que ver con la esencia histérica que me caracteriza ultimamente, o no tan ultimamente.
La cuestión es que hay momentos en los que amo la vida, y curiosamente esos momentos son los que me siento entre la espada y la pared, con la adrenalina corriendome por las venas de manera tal que me tiembla hasta la cabeza (literalmente)... Y ahí es donde todo empieza a tener sentido, donde la vida es linda, donde vale la pena quedarse de este lado del abismo... pero no demasiado lejos del vacío.
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