Había una vez una bella princesa que preguntó a un apuesto principe : "Te casarías conmigo?". A lo que el respondió: "No". Y la princesa vivió feliz por muchos muchos años, rascandose a cuatro manos, boludeando en internet, juntandose con sus amigas a tomar toda la cerveza que se le diera la gana y a dedicarse a rebotar otros principes no tan apuestos y dandole cabida a otros principes que si lo eran, habló por teléfono hasta que se le deformó la oreja, nunca lavó ni un plato, trabajó de lo que se le cantó y fué muy feliz.
FIN
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