Como estoy falta de ideas y de tiempo, dejo esto que encontré, para que no quede vacio el 2007 ya de entrada.
A LOS QUE NACIERON ANTES DE 1986
La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir. Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando... Teníamos que reposar dos horas el almuerzo para no acalambrarnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar. Difícil creer que estemos vivos: Viajábamos en autos sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un Fiat 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas, armarios o frascos de remedios con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, nos rompíamos las rodillas y las manos, y nuestros amigos se cagaban de la risa y ninguno se traumó. Las hamacas eran de metal, con esquinas en punta y jugábamos a ver quien era el más bestia tratando de dar la vuelta completa, hazaña imposible en la que más de alguno fue hospitalizado... Pasábamos horas construyendo carritos para ir cuesta abajo y sólo cuando estábamos frente a un choque inminente descubríamos que habíamos olvidado los frenos. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía encontrarnos. No había celulares, algunos ni siquiera tenían teléfono. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para demandar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con la gotita o unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos. Comíamos golosinas y naranjú, pero no éramos obesos. Si alguno era gordo lo era y punto. Compartimos botellas de gaseosa, o pajitas o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el colegio y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente. Nos poníamos de acuerdo con los amigos y salíamos. O ni siquiera nos poníamos de acuerdo, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos al "las escondidas", a la mancha, a las bolitas, a la soga o simplemente hacíamos maldades. Íbamos en bici o caminando hasta casa de los amigos y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos? Hicimos juegos con palos, perdimos mil pelotas de fútbol. Bebíamos agua directamente de la canilla, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el pico de la canilla. ¡¡DIOS MÍO!! En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban recuperatorios! Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar de factor 40, sin flotadores ni clases de natación, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena. Molestábamos a las nenas persiguiéndolas para
levantarle la falda, y las nenas mandando cartas de amor a los niños con papel de carta de Frutillitas o de los Ositos Cariñosos. Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. No te extrañe que ahora los niños salgan como "zombies". Si tú eres de los de antes... felicidades!!! Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños.
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