Tengo que consultar el saldo (en contra) de la tarjeta de crédito (ay que top top!) de mi novio. Llamo y me atiende "srita. nervios" que está todo el tiempo a la defensiva. Me pide el número de DNI del muchacho, se lo digo. Busca...
-El titular es Barbxxx, David H.?
-Si. (Obvio yo no soy, hace rato que dejé el complejo de voz de hombre)
-Pero ud. qué vínculo tiene con el titular?
...
...
...
...
...
(inserte aquí "chan-chan, chan-chan..." de psicosis)
-La mujer.
-La esposa?
-Si!
Y así fué como Maro la muchacha más liberada, anti compromiso, take-it-easy, irresponsable y enamoradiza debutó con esas palabras tan temidas... "la mujer". "La esposa". Qué miedo.
EDIT!!! (ruth, Jacobo): No, no me casé. Y dije "la mujer" porque "la señora" es re gronnncho y para decir "la esposa" era demasiado. Y si le decía "la novia" no me iban a querer dar los datos que pedía. Lo siento chicas. Ser "la novia" no tiene validez para nadie más que para nosotras mismas. La próxima voy a decir: "Soy su fianceè". Y listo.
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