Tomen la revista Viva del domingo.
Abranla, y miren el contrafrente de la tapa.
¿Ven el gordo que tiene un perro y que está lleno de tatuajes?
Bueno, ese es el que puso mi piercing, el de mi novio y el de todas mis amigas que tienen piercing. Tocaba en una banda por cuyos integrantes moríamos en los primeros años del secundario, e íbamos al mismo club. Además es dj de uno de los pocos bares que hay acá.
Esto es lo que pasa en la ciudades chicas. Si pasa algo, nos enteramos todos. (Y por eso no me voy a ir nunca!)
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