Post de subte.

Me encanta leer el diario. Pagaría por tener la claringrilla todos los días. Pero bueno, me tengo que contentar con tenerlo tres veces por semana.
Siempre que me bajo del subte en Lacroze, hay unos chicos de la calle que le piden a la gente si les regala el diario para luego venderlo a voluntad. La gente le regala "La Razón" o alguno de esos diarios que se leen en 5 minutos...
El lunes, volvía de la facultad y cuando bajo al subte una chica me dice: "Querés comprar el diario a voluntad?" yo, sin levantar la cabeza le digo "no". Y escucho: "estas segura?" y me muestra el Clarín, haciendolo bailar delante de mi cara.
La tentación fué demasiada. Busqué todas las monedas que tenía y se las dí, y me entretuve en el viaje. Y fuí feliz por un rato. (?)