domingo, octubre 17, 2004

Desagradecido.

El martes, en el parcial, (yo estaba esperando para levantarme y no ser la primera, porque siempre termino los parciales más rápido que el común de los mortales) el chico de adelante mío se olvidó una campera. Mientras que yo guardé mis cosas, y entregué mi parcial, para cuando agarré la campera el pibe estaba a años luz de distancia.
Entonces la miré con detalle: era una campera de jean, Ona Saez (!) y con el tamaño justo para mi novio (que no tiene campera de jean) y como ese día me fué a buscar a la facu, se la iba a poder llevar puesta y todo.
En ese momento, la veta que dejó el colegio católico al que fuí primaria y secundaria, comenzó a hacer estragos en mi conciencia y me fuí directo al lugar donde se dejan las cosas perdidas.
Al otro día, recibo un mail del pibe (mandado a todo el curso) preguntando si alguien había visto la campera. Le respondo, con buenísima onda, explicándole donde la dejé.
Ahora, ustedes se piensan que el pibe fué capaz de responder el mail, agradeciendo?
Que mala educación, che, porque la gente no puede ser amable*?
Me hubiera quedado con la campera, y hubiera estado mejor.

*Una excepción a la amabilidad se verá en el post de arriba.

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