martes, diciembre 16, 2003



Cuando reaccioné, estaba sentada en mi cama con tres cajas de recuerdos y papeles viejos. Buscando algo que me dijera algo. Pero no, ni mísero boleto de colectivo, ni de tren, ni un ticket de comida. Nada. Y me repregunté por enésima vez como pude haber sido tan idiota, tan ciega. Cómo fué que no me dí cuenta de que era EL.
Y cerré todo y traté de convencerme de que las cosas son por algo: o ese no era nuestro momento, o no es EL. O no sé.

No hay comentarios.: